OCTUBRE
2015. INICIO.
Desde que su único hijo, un niño de 5 años, murió en un accidente
en el que viajaban, Julio y Minerva mantienen una relación distante
debido a que tras la tragedia él se siente culpable y responsable de
su pérdida, olvidándose de sí mismo y su familia, perdiéndolo
todo hasta quedar prácticamente en la ruina e induciéndola a ella a
encontrar amor en los brazos de otro hombre: David, el mejor amigo de
Julio. El matrimonio atraviesa por una crísis de la que David
convence a Minerva de huír por lo que la mujer pide el divorcio a su
marido. Éste le suplica que no lo abandone y lo perdone y ella le
confiesa que ya no lo ama y que mantiene una relación con otro
hombre. Cuando Julio sabe que David ha sido el amante de su mujer lo
busca para molerlo a golpes tras encontrarlos haciendo el amor. Ella
lo desprecia y él firma el divorcio dispuesto a no volverlos a ver
nunca. Intenta suicidarse pero despierta a salvo en un hospital al
que acude a verle el licenciado Gastellum, el cual le informa que es
el único pariente vivo del fallecido Luciano Lancaster, el cual le
ha heredado toda su fortuna, incluyendo su imponente mansión en la
lejana localidad de Villa Marcato. Julio entonces emprende un viaje
al lejano lugar y se instala en la mansión, donde es recibido por
Damiana, el ama de llaves y Benjamín, el chofer, los cuales le dan
el pésame y se preocupan por sus destinos pues no saben si
conservarán sus trabajos. Ambos criados creen que por el bien de
Julio ellos deben permanecer en la mansión. A las órdenes del nuevo
amo se pone Fátima, ambiciosa sirvienta que no deja de insinuársele
y mantiene amoríos con el jardinero: Eleazar, el cual tiene
intenciones de robar en la mansión en complicidad con la sirvienta.
Julio
conoce a la hermosa Alicia Miranda, una madre soltera que trabaja en
la barra del único bar de la localidad y que siente un gran
desprecio hacia los Lancaster. Asegura al hombre que la mansión está
maldita, lo mismo que la familia, la cual siempre ha fallecido de
manera trágica y junto con Vladimír, camarero y amigo suyo, le
revelan que el último de ellos, el viejo Luciano, se suicidó. Son
abordados por el alcoholico y despreciable Ignacio, ex pareja de la
muchacha y padre del hijo de ésta. Les hace pasar un trago amargo e
intenta golpear a Julio, a quien Alicia pide que se marche para
entonces enfrentarse a su ex, quien le recuerda que ella será
solamente de él y tiene prohibido que otros hombres se le acerquen.
Llena de ideas la cabeza de su hija, la cual le supica que regrese
con ella y su madre. El hombre así lo desea pero no Alicia, la cual
recuerda la terrible vida que vivió a su lado siendo aún una
jovencita. Este acude a Vladimír, quien le aconseja que se olvide de
Alicia y la deje ser feliz. Entonces Ignacio se burla de él pues
sabe que la ama en silencio.
Fátima
y Eleazar hacen rncones de amor por toda la mansión, buscando la
caja fuerte del viejo Luciano sin ningun éxito. Escuchan ruidos
extraños en medio de la noche y pronto sienten una presencia que
aterra a Fátima, quien huye y luego llena de miedo pide a su amante
que desistan de su plan pero Eleazar es ambicioso y está dispuesto a
enrquecerse.
Damiana
visita la tumba de Luciano Lancaster y promete que sus labios siempre
estarán sellados y nadie sabrá la terrible verdad que por años
ocultaron y la cual lo arrastró a la muerte. Cuenta a Julio lo
maravilloso que fue su patrón y la maldición que recayó en él por
los antepasados pues nunca pudo tener hijos y enviudó demasiado
joven, cuando su esposa murió luego de largos años de vivir en la
demencia y locura. Esto se lo cuenta Julio a Alicia, la cual le
asegura que eso es una mentira y que a la mujer la mataron cuando
descubrió que los Lancaster tenían pacto con el diablo. Es por ello
qe Julio comienza a investigar en la biblioteca de la mansión y hace
preguntas a Damiana y Benjamín, los cuales le juran no saber de qué
habla pero Benjamín, asustado, pregunta a la mujer qué harán si el
heredero llega a saber la verdad. Dura y fría, Damiana contesta que
Julio no deja de ser el último Lancaster vivo y tendrá que aceptar
su destino.
A
la mansión llega Lucrecia Montesinos, la última mujer de Luciano y
la cual reclama parte de la herencia pues cree tener derechos por
haber pasado cinco años al lado del hombre. Julio está dispuesto a
darle lo que quiere pero tanto Damiana como Gastellum aconsejan al
heredero que no de un solo paso a favor de la ambiciosa mujer, a la
que acusan de ser una bruja que sedujo al occiso con hechicería. Y
no se equivocan pues Lucrecia ha quedado sedcida por la boluptuosa y
sensual belleza de Julio, al que decide que conquistará y al que
ruega que la deje permanecer un tiempo en la mansión. El accede y
ella entonces lo pone al tanto de que Damiana y Benjamín son unos
buitres que solo desean aprovecharse de todos. Le revela que el ama
de llaves fue amante de Luciano por años y que intentó embarazarce
de él en múltiples ocasiones, sin lograrlo, puesto que la maldición
de los lancaster es que ninguno podrá tener hijos hasta que una
mujer de ben corazón rompa con el hechizo. Pronto la mujer se siente
nerviosa y asegura a Julio que en la mansión habita un fantasma que
siempre ha ahuyentado a todas las mujeres. Él le pregunta porqué
entonces ella está de vuelta y la mujer, vuelta un mar de lágrimas,
asegura tener deudas y estar en la miseria. Se aprovecha de la
situación para besar a Julio, engatusarlo y hacer el amor con él
sin percatarse ninguno de que algo del más allá los vigila y
enfurece a tal magnitud que la mansion se cimbra y se desata una
fuerte tormenta.
Vladimír
no deja de pensar en Alicia, a la que ayuda cuidando a Pía y
recibiendo a cambio agresiones por parte de Eustolia, la madrastra de
Alicia, a la que la joven madre se enfrenta para defender a su amigo.
La madrastra ofende tanto a Vladimir que este se marcha no sin antes
echarle en cara el maltrato que da a su hijastra cuando ésta la
mantiene y la tiene viviendo en su casa pues nada le pertenece a la
mujer. Furiosa, Eustolia asegura que ella tiene más derechos que la
misma Alicia, a la que hace saber que tiene planes para ella y no se
los frustrará.
Eleazar
ha introducido a la mansión a su amigo Ramsés pues cree haber
encontrado la caja fuerte del viejo Luciano en el sótano. Fátima
les avisa que Damiana se acerca por lo que Eleazar se presenta en la
cocina mientras que Ramsés Martilla hasta conseguir abrir una puerta
que conduce a un pasadizo en el que penetra. La puerta se cierra sin
que él se de cuenta y se horroriza cuando ante él se presenta el
fantasma de una mujer. Intenta huír pero la puerta se ha cerrado y
nadie logra oirle cuando grita horrorizado, debido a la tormenta. Al
regresar, Fátima y Eleazar creen que ha sido cobarde y se ha ido.
Julio
se encariña con Pía, la pequeña hija de Alicia, pues le recuerda
al hijo que perdió. El hombre se muestra triste y se emborracha en e
bar, donde cuenta a la mujer lo que ha sido su vida desde el
accidente en que murió su hijo. Ella le asegura que él no es
culpable y también se sincera contando la amarga experiencia que fue
unirse a Ignacio, el cual es un borracho y holgazán que solo abusaba
de ella. Alicia y Julio sienten atracción el uno por el otro y al
quedar solos en el bar se besan. Son vistos por Eustolia, a la que
reprende en cuanto llega a casa y echa en cara el no reclamar lo que
le corresponde de la herencia de Luciano por todo el daño que éste
le hizo a su madre en el pasado. Atormentda, Alicia pide a la mujer
que calle pero ésta saca a relucír el pasado y le dice que su madre
fue una golpa que se vendió al mejor postor, abandonándola a ella y
despareciendo de la noche a la mañana, como todas las mujeres en la
vida del hombre desde que murió la esposa de éste. Eustolia jura
que ella se hará cargo de todo y habla con el licenciado Gastellum,
quien le asegura no saber el paradero de la madre de Alicia y estar
completamente seguro de que Luciano fue un hombre intachable.
Julio
rompe el corazón de Vladimír cuando le revela que ha besado a
Alicia y que se está enamorando de ella. El enamorado camarero se
muestra indiferente con la mujer, quien cree que lo alegrará al
contarle lo que a él tanto le duele. Ella se da cuenta de todo y le
pide que no le haga las cosas difíciles pues siempre lo ha visto
solo como un hermano. Es apoyada por Santiago, el dueño del bar,
quien aconseja a Vladimír que se olvide de Alicia.
Lucrecia
habla por teléfono con un hombre al que hace saber que no será
fácil conseguir lo que desean pues no contaban con que Luciano
tuviera un heredero. La escucha Damiana, la cual jura que la bruja es
perversa y pagará por el daño que ha hecho. Se lo hace saber a
benjamín, el cual afirma que Lucrecia es inofensiva en realidad y
que de quien hay que cuidarse es de Gastellum, del cual Luciano
desconfió en sus últimos momentos, mientras que seducida por la
belleza de Santos, Lucrecia se revuelca con él y le propone que se
unan para encontrar el tesoro escondido del viejo Luciano. Son
descubiertos por Fátima, la cual reclama a su amante el engañarla
con la antigua mujer del patrón. Eleazar le asegura que solo
utilizará a Lucrecia para conseguir lo que ellos dos desean para
entonces huír.
Ignacio
y Eustolia siempre han sido cómplices y se han beneficiado de Alicia
pues están convencidos de que ésta puede sacar ventaja de los
Lancaster por ser la hija de una de las amantes del hombre, la cual
desapareció repentinamente. En Villa Marcato, gracias a la boca de
la mujer, se cree que la madre de Alicia fue ofrecida a satanás
porque los Lancaster fueron adoradores del diablo pero la muchacha
está convencida que su madre debe estar viva y simplemente huyó
para no enfrentarse a las acusaciones y la vergüenza. Se lo dice a
Julio, el cual le propone que ambos investiguen y la invita a la
mansión, donde es tratada con desprecio. Él deja claro que Alicia
es su amiga y que siempre será bienvenida. De esto Damiana discute
con Gastellum, al que recuerda que la chica es hija de una mujer muy
peligrosa. El licenciado asegura que ni Alicia ni Julio encontrarán
pruebas de nada pues él las ha destruido.
Lucrecia
se asusta cuando escucha los susurros de una mujer. Los reflejos de
los estruendos a través de su ventana iluminan un viejo retrato de
la esposa de Luciano, a la que ella cree estar presente. Sabe que se
trata de un fantasma y le ordena que se marcha mas la presencia
sobrenatural escribe sobre un espejo que muy pronto vendrá por ella.
Lucrecia se asusta y pronto aparece Eleazar, al que se aferra y le
pide que no se separe de ella pues ahora cree que lo que la gente
rumora es verdad: La mansión Lancaster está encantada y en ella
habitan fantasmas.
Alicia
y Julio se besan y en el bar aparece Ignacio para armar un excándalo
pues Eustolia le ha asegurado que su mujer sigue los apasos de su
madre desaparecida. Alicia deja claro al hombre que ellos nunca se
casaron y que ya no viven juntos. Él amenaza con quitarle a su hija
e intenta golpearla pero aparece Julio y la defiende, enfrentándolo
a puño cerrado y advertirle que Alicia ya no está sola y tiene
quién la defienda, dejando claro que con su dinero y la ayuda de
contactos puede hacer que lo desaparezcan para siempre de las vidas
de Alicia y Pía, su hija. Entonces Ignacio grita que Julio es un
Lancaster y lo ha amenazado con hacer lo que estos siempre han hecho:
Desparecer a los que obstruyen sus pasos, pero Julio deja claro a la
gente del pueblo que el no es Lancaster, si no el único hijo de una
sobrina lejana de Luciano. Cuando camina hacia casa, alguien le
dispara. No logra herirlo pero Julio lo descubre y lo persigue sin
alcanzarlo. Sabe que fue un hombre y sospecha que fue Ignacio. Decide
que lo denunciará pero Damiana lo detiene y le pide que no haga nada
pues al ser un Lancaster todos creerán que solo deea perjudicar al
hombre para así poder hacer su amante a Alicia, de la que le pide
que se aleje pues es peligrosa y siempre ha odiado a los Lancaster.
Julio le revela a Damiana lo que sabe acerca de la madre de Alicia
por lo que el ama de llaves maldice a esa mujer, asegurando que fue
la responsable de la desgracia de la familia de Luciano.
Santiago
y Vladimír creen que ha sido Ignacio quien intentó asesinar a Julio
y se lo dicen a Alicia, quien enfrenta al hombre pero este lo niega
todo y l amenaza con matar de verdad al heredero Lancaster si no se
aleja definitivamente de él.
Fátima
no confía en Eleazar por lo que intenta seducir a Julio y le hace
una visita nocturna. Él la rechaza y le asegura que si insiste en
provocarlo no tenrá más remedio que prescindir de sus servicios. Al
salir de la habitación es descubierta por el jardinero, el cual le
reclama el habérsele ofrecido al patrón. La pareja discute y él
intenta asfixiarla lleno de rabia mas alguien toca a la puerta,
impidiéndolo. Es Benjamín, quien le dice al jardinero que el
hermano de Ramsés le busca. Lo preocupa al decirle que su hermano
desapareció y nade sabe nada de él. Cuando Eleazar le cuenta lo que
intentaron hacer en la mansión, Cristos cree que alguien de la
mansión pudo descubrirlo y desaparecerlo. Decide quedarse a
investigar a pesar de la oposición de Damiana y Benjamín pero Julio
accede solo para que el joven hombre se serciore de que en la mansión
nadie ha desaparecido a su hermano y así comiencen a aclararse las
habladurías de la gente.
Lucrecia
declara la guerra a Alicia, a la que jura que será ella quien se
quede con la fortuna Lancaster. Alicia le hace saber que a ella nada
le interesa el dinero y la mujer le dice que su madre fue una
mujerzuela que se vendió al mejor postor y lo pagó con su vida.
Alicia se resiste a caer en las provocaciones de la mujer gracias a
Santiago y Vladimir, quien pide a Lucrecia que se marche. Esta se
niega a hacerlo y entonces el camarero la saca por la fuerza. Alicia
llora pues está segura de que su madre solo fue una víctima de los
Lancaster.
Gastellum
sabe que Benjamín no le tiene confianza y por ello lo ha investigado
descubriendo que es hermano bastardo del viejo Luciano. Se los hace
saber a Damiana y Julio, quien cree que quiás es a Benjamín a quien
le corresponde la herencia mas los demás lo creen sospechoso pues
durante muchos años ha estado cerca de los suyos bajo otra
identidad. Es cuando Damiana recuerda que Benjamín muchos años se
encargó del servicio personal de la esposa de Luciano. Llegan a la
conclusión de que Benjamín la mató envenenó por medio de los
alimentos, lentamente, y que así mismo puedo inducir al viejo
Luciano a suicidarse, creyendo que lo heredaría y razón por la cual
siempre ha tratado de ahuyentar a Julio del lugar. Desean
desenmascararlo pero Gastellum creen que deben esperar a ener pruebas
suficientes pues el hombre podría reclamar lo que seguro cree que
por derecho le pertenece pero no cuentan con que Benjamín,
ambicioso, también busca el escondite secreto de la mansión pues
cree que en ella se ocultan barras de oro. Descubre la puerta del
sótano que conduce al pasadizo secreto, al que penetra asegurándose
de que la puerta no se cierre y encontrando el cadáver de Ramsés,
por lo que horrorizado sale en busca de ayuda. No encuentra a nadie y
sube a lo más alto de la mansión, donde escubre otra puerta
secreta. Penetra en ella y se aterra a ver el fantasma de una mujer
que lo reconoce y le habla en la oscuridad. El hombre sale huyendo.
El fantasma lo persigue, lo aterra al tocarlo. Cuando él voltea la
vista al espectro, horrorizado resbala y cae al vacío. Su muerte
conmociona a todos, principalmente a Julio, pues la pistola con la
que lo atacaron es encontrada precisamente en la habitación de
Benjamín, comprobandose así que este quiso matarlo para ser el
único heredero Lancaster. De Julio no se aparta Alicia, quien acude
a la mansión con la pequeña Pía, la cual les revela que ha hablado
con una mujer.
Cuando Pía descubre a la mujer que ve en la mansión Lancaster, Alicia sospecha que es su madre mas
Damiana con lamento afirma que ella también ha visto el fantasma de
esa mujer y que no es otra más que Gertrudis de Lancaster,
comprobándose con su revelación que en verdad hay fantasmas en la
mansión. Es por ello que Alicia aconseja a Julio que acuda a una
famosa médium que puede hacer contacto con esos fantasmas y así
salgan a la luz los secretos que estos se llevaron a la tumba.
Damiana y Lucrecia se oponen rotundamente.
Santiago
pregunta a Alicia por su padre y ella asegura que este murió y
sufrió mucho con la desaparición de su madre, de la cual siempre le
habló cosas buenas a diferencia de Eustolia. Jefe y empleada hablan
sobre los mitos que existen acerca la mansión Lancaster y si esa
familia era adoradora del diablo y a ello se debía su riqueza así
como que en la mansión se ocultan fantasmas. Alicia llora y revela
solo estar segura y convencida de que esa familia desapareció a su
madre y estar dispuesta a descubrir la verdad.
Cristos
aconseja a Fátima que no se fíe de Eleazar y tampoco se convierta
en una criminal por él pues hurtar a los Lancaster los puede
condenar. Fátima es demasiado ambiciosa como para hacer caso de
consejos por lo que pide al inquilino que, si no encuentra a su
hermano entonces se marche.
Vladimír
cuenta a Julio de las amenazas de Lucrecia a Alicia y del acoso de
Ignacio, quien lo puede matar en cualquier momento pero Julio no teme
a amenazas y tras dejar claro a Lucrecia que no tolerará más que
lastime a Alicia habla con el detective Humberto Franco, al que
cuenta sobre la desaparición de la madre de Alicia y al que pide que
investigue su paradero o qué fue lo que en realidad sucedio con
ella, dejando abiertas las puertas de la mansión Lancaster para él
siempre que lo requeira o encuentre pistas, pidiéndole total
discresión.
Damiana
reza y agradece a Dios que haya quitado de su camino a Benjamín. Una
tormenta azota de nuevo Villa Marcato y ante ella aparece un joven
hombre que la estremece: Tristán, su hijo, al que abraza y luego
abofetea para acusarlo de ser un estúpido pues ella sabe bien que él
le disparó a Julio y también puso el arma en la habitación de
Benjamín para que él pareciera culpable. Tristán, frío, acusa a
su madre de seguir sirviendo en la mansión cuando muchas veces tuvo
la oportunidad de ser la señora. Ella llora asegurando que eso nunca
pudo ni podrá ya ser posible. Tristán le exige que le diga qué
secretos guarda y porqué estos la mantienen en la mansión pero ella
calla y le pide que se marche lejos, de donde jamás debió volver
pues él es uno de esos secretos. El hombre le exige que le diga si
él es hijo del viejo Luciano Lancaster y si es verdad que ella
perdió tantos hijos que esperaba de él, como todos comentan. Ella
calla y asegura que sus labios están sellados y de su boca nada
saldrá. Tristán sin ebargo jura que encontrará la verdad y si
descubre que él es hijo del viejo Luciano reclamará lo que por
derecho de sangre le pertenece.
Cristos
le cuenta a Vladimír sobre la desaparición de su hermano y está
por contarle de los planes de Eleazar pero este aparece
repentinamente en el bar y bebe con los hombres. Luego jura a Cristos
que si insiste en delatarlo lo desaparecerá. Cristos le pregunta si
eso fue lo que hizo con Ramsés y Eleazar promete que no.
Lucrecia
e Ignacio se unen para separar a Julio y Alicia, quienes se han
enamorado y para ello él acude al bar, donde le cuenta a Santiago
que Julio ha sido envenenado al igual que lo fue la mujer del viejo
Lancaster y que está muriendo.
Damiana le prohíbe el paso a la mansión a Alicia, quien se ha enterado de lo sucedido a Julio, pues es de noche.
La muchacha sin embargo se las ingenia para entrar y acudir a la
habitación de Julio pero no lo encuentra. Busca en todas sin sentir
que el fantasma de la mujer la acecha. Se asombra al ver a Julio
fornicando a Lucrecia. Mira hacia arriba y admira el cuadro de una
mujer parecida a su madre. Al darse la vuelta para irse, en el
pasillo ve a lo lejos el fantasma de Gertrudis, mas no siente miedo y
le habla preguntándole qué es lo que desea y porqué permanece en
las tinieblas. El fantasma se da la vuelta y se marcha pero Alicia
choca sin querer con una pieza de cristal y esta se rompe en el
suelo. Sale Julio, quien se asombra al verla. Ella llora y entonces
aparece Lucrecia para llamar al hombre y besarlo frente a la mujer,
quien se marcha llorando y asegura a Santiago que no confía más en
los hombres. Éste le revela que vio a Lucrecia hablando con Ignacio
y todo se puede tratar de una trampa pero luego Eustolia la convence
de lo contrario mientras que Ignacio convence a Pía de que Julio es
malo y solo quiere hacerle daño a su madre.
Cristos
descubre el pasadizo y está a punto de entrar en él pero Damiana lo
descubre y se lo prohíbe asegurando que aquél lugar había estado
sellado por años y conduce a los viejos acantilados de la mansón
por lo que el descubridor se marcha y Damiana siente la presencia del
fantasma, furioso. Afirma no tenerle miedo y estar todavía dispuesta
a encargarse de que permanezca en las sombras de las que nunca podrá
salir.
Julio
busca a Alicia para darle una explicación y le cuenta que Lucrecia
le dio a beber una copa que contenía algo que lo hizo perderse. Ella
le pide que no le diga mentiras pues no desea repetir la relación
que tuvo hace años con Ignacio. Él le promete que eso no sucederá
y la invita a cenar a la mansión Lancaster.
NOVIEMBRE 2015. Lucrecia
descubre que Damiana tuvo un hijo ilegítimo y cree que pueda ser el
bastardo de Luciano. Busca a Tristán y le pide que le diga la verdad
pero éste afirma haber crecido con su padre y no ser un Lancaster
para luego comunicarle a su madre lo que ha sucedido. A pesar de
sentirse presionada Damiana no demuestra su sentir ante nadie y menos
ante Lucrecia, quien no la deja de mirar durante manera sospechosa y
durante una cena a la que Alicia y Gastellum están invitados le
pregunta si nunca tuvo hijos. La mujer lo afirma y ante el acoso de
Lucrecia da la bienvenida a Santiago, quien incomoda a la mujer mas
es invitado por Julio a cenar. En la cena Julio afirma a Alicia que
dará con el paradero de su madre así esté viva o muerta y sabrán
qué le sucedió en realidad o porqué desapareció. Tal comentario
incomoda a Brígida y Gastellum mientras que Lucrecia ahora es
acosada por las preguntas de Santiago, quien
Santiago
acude a Lucrecia, a la que revela saber cuales son sus intenciones
pues la conoce muy bien del pasado, cuando ambos fueron amantes y
ella lo abandonó por sus sueños de ambición, mismos en los que fue
en busca de, seduciendo al viejo Lancaster. Ella se sincera y con
cinismo afirma que todavía está a tiempo de obtener lo que siempre
ha soñado mas Santiago jura que la detendrá y contará a Julio
quien es ella en realidad y porqué debe alejarla de la mansión lo
más pronto posible. Lucrecia asegura que eso no sucederá y le
dispara a sangre fría. Este disparo lo escuchan Eleazar y Cristos,
los cuales encuentran el cuerpo herido de Santiago, quien antes de
morir alcanza a mencionar el nombre de Lucrecia. Los muchachos
reportan el asesinato mas no revelan las últimas palabras del occiso
por orden de Eleazar, quien cree que al tener a Lucrecia en sus manos
podrá sacar ventaja.
Damiana
acusa a Fátima de haber sido la amante de Luciano en los últimos
meses de éste pues la escuchó en las noches que pasó con él,
llorándole para causarle lástima y sacar ventaja. Julio las escucha
y pregunta a Fátima si eso es cierto y ella lo niega mas Damiana
abre los cajones del ropero de la muchacha y muestra las joyas de la
familia que ésta tiene y que robó al anciano creyendo que tras su
muerte nadie la descubriría. Fátima se siente acorralada cuando el
mismo Eleazar la acusa de ser una ladrona, asombrando a todos los que
saben de su romance con la sirvienta, quien promete que esa misma
noche abandonará la mansión no sin antes hacer su último atraco
pues está segura de que aquél lugar en el último piso de la
mansión, al que nadie tiene acceso es donde se esconden los lingotes
de oro que por mucho tiempo ella y Eleazar han buscado. Sube cuando
todos duermen pero no encuentra nada. Pronto escucha suspiros y
golpes en una pared. Acude a investigar y descubre una puerta de
acceso secreta. La cruza y se asombra por el mal olor. A lo lejos ve
joyas y los lingotes de oro. Toma algunos y algunas joyas se las
prueba. El fuerte viento abre un balcón que da al vacío y por el
cual ella se asoma, contemplando el paisaje, riéndose de Eleazar, al
que cree un tonto al igual que todos pues ella si que ha sabido sacar
provecho de la muerte de Luciano, al que acusa de ser un viejo
asqueroso. Pero pronto siente una presencia y se aterra al ver al
fantasma de Gertrudis, quien Furiosa la empuja haciéndola caer al
vacío. Por este suceso es que el detective Humberto Franco decide
tomar el caso pues cree que demasiadas muertes han ocurrido en un
corto lapso de tiempo en la mansión o cerca de ella y está
convencido de que hay un asesino dentro del lugar, el cual tiene
intenciones que se desconocen pero que seguro tienen que ver con
Luciano Lancaster. Cristos afirma al detective que en el lugar hay
un fantasma acechándolos a todos mas cuando este investiga todos
niegan haber visto algo. Humberto sin embargo toma una cerveza en el
bar y Alicia le revela que ella y su hija vieron el fantasma de una
mujer dentro de la mansión, así como sospechar que a Santiago lo
mató Ignacio, al que el hombre estaba dispuesto a detener para que
no siga acosándola. Y es a éste al que Humberto hace preguntas.
Ignacio asegura que Alicia es una golfa al igual que su madre.
Después Eustolia confirma lo que el hombre dijo sobre su hijastra
por lo que Humberto hace saber a Alicia que se encuentra
prácticamente sola porque su familia la tiene en pésimo concepto.
Debido a esto la muchacha discute con Eustolia, quien la echa de su
propia casa. En medio de la lluvia y con su hija, Alicia pasa la
noche en el bar y pronto Julio le ofrece que se quede en la mansión,
jurando que pedirá a Lucrecia que se marche pero cuando lo hace la
ambiciosa mujer se niega rotundamente y exige parte de la herencia
por haber sido la mujer de Luciano. El licenciado Gastellum no se
cansa de repetirle que ella no fue más que la querida del hombre,
como lo fue Fátima y lo fueron muchas que no han aparecido a
reclamar nada. Lucrecia afirma saber que ninguna ha aparecido porque
Luciano siempre se encargó de eliminarlas a todas. Julio le pregunta
por qué entonces ella sigue viva y esta le pide que se lo pregunte a
Gastellum, quien evita hablar del tema y advierte a la mujer que lo
mejor que puede hacer es marcharse. Se marcha y ella pide a Julio que
no la eche. Llora, intenta besarlo pero a él ya nada le convence de
ella por lo que la mujer se marcha a su habitación, donde Gastellum
le aguarda para abofetearla y luego tomarla de los cabellos. Le
advierte que si vuelve a intentar ponerlo en evidencia de nuevo no se
tentará el corazón para eliminarla. Ella le pregunta si lo hará
tal y como lo hizo con todas las amantes de Luciano y lo acusa de
haber matado a Fátima, como hizo con todas las demás, recordándole
que ella desapareció justamente porque él intentó matarla por
ordenes de Luciano. Gastellum ríe y le advierte que si no desaparece
y lo deja continuar con sus planes entonces sí la eliminará. Sale
furioso sin percatarse de que Damiana estaba tras la puerta
escuchándolo todo. La sombría ama de llaves se ofrece a ayudar a
Lucrecia con su equipaje y ésta la corre y la acusa de ser cómplice
de todo. A solas Lucrecia no deja de admirar el cuadro de Gertrudis
de Lancaster, a la que maldice alegrándose de que esté muerta.
Pronto siente una extraña presencia a la que asegura no temerle. El
cuadro entonces cae de la pared.
Minerva
y David, quienes pasan apuros económicos, leen en los diarios que
Julio heredó una invaluable fortuna. Desde ese momento Minerva,
quien desea sacar provecho, comienza a rechazar las caricias de su
amante, el cual tiene la certeza de que esta lo dejará para ir en
busca de su ex siendo capaz de pedirle perdón a pesar de que se han
divorciado. Y no se equivoca pues un día, al regresar del trabajo,
descubre que Minerva se ha marchado.
Vladimir
tiene en su poder una carta de Santiago en la que éste revela la
verdadera identidad de Lucrecia, quien a su vez se entera de que
Santiago heredó su casa y bar a Alicia y Vladimir por o que acude a
Gastellum, con quien llega a un acuerdo para ocultar esta información
a los herederos. Pronto es enfrentada por Vladimír, quien le asegura
saber quién es ella y estar dispuesto a delatarla si no deja en paz
a Alicia. Seductora, Lucrecia intenta engatuzar al muchacho pero
este no cae en sus trampas.
Alicia
llega a vivir a la mansión Lancaster, donde Pía habla con el
fantasma de una mujer a la que cree su amiga. Este fantasma le pide
que guarde el secreto de su amistad y la lleva hasta la puerta que da
al pasadiso secreto pero Pía es pequea y débil para poder abrirla.
Es Damiana quien la sorprende hablando con el fantasma. El ama de
llaves se persigna y cree que si la niña revela todo lo que el
fantasma le comunique las vidas de todos corren peligro.
Humberto
hace investigaciones en las que descubre que Alicia no es hija de su
padre y al hablar con Julio sospechan que quizás Santiago haya sido
su verdadero progenitor. Hablan con Vladimír, quien asegura que
Santiago jamás tuvo hijos y estuvo casado con Lucrecia, la cual es
peligrosa y en su juventud estuvo encerrada en una institución
mental de la que escapó. Julio y Humberto no creen esa versión mas
Vladimir les asegura que es cierto y que quizás la mujer fue quien
asesinó a Santiago.
Damiana
necesita de una nueva sirvienta que la ayude en las labores de la
mansión y de un nuevo chofer que Julio desiste contratar pues lo
cree innecesario y ordena a Eleazar que lleve al ama de llaves a
hacer las compras cuando lo requiera. Y es en el mercado que el
jardinero reconoce a Cordelia Zorrilla, una prostituta a la que
propone repartirse la mitad de lo que encuntren en la mansión. Ella
pronto se presenta ante Damiana, quien se niega a contratarla pero
realmente necesita de ayuda. Pronto Cordelia y Lucrecia se reconocen
y la segund echa en cara a la primera el haber llegado a Villa
Marcato para desenmascararla. Ambas tienen la misma intención por lo
que deciden tilizar a Eleazar, el cual sigue buscando donde poder
encontrar lingotes de oro con los que pueda huír y hacerse rico a
pesar de que Cristos le insiste para que desista. Eleazar pronto
descubre a su amigo diciéndole a Damiana que deben cuidarse del
jardinero por lo que este decide echar a su amigo de la mansión y no
ayudarlo a encontrar a su hermano pero Cristos está dispuesto a
hablar con Humberto. Para evitarlo, cuando este decide abandonar la
mansión y acudir al detective, en el jardin, Eleazar lo golpea
violentamente con una pala y después lo carga hasta llevarlo al
cementerio, donde lo entierra.
Humberto
descubre que Santiago no fue padre de Alicia y tras hablar con
Vladimír sobre el pasado de la mujer comienza una implacable
investigación asombrándose por todo lo que descubre sobre los
Lancaster y principalmente sobre la verdadera identidad del
Licenciado Gastellum, al que visita para hacerle preguntas que el
hombre refuta para luego maldecir la suerte y acechar al policía,
al que persigue una noche y le dispara. Humberto, que está
acompañado por Vladimír, lo persigue junto con su acompañante pero
no dan con él y piensan que quizás pudo tratarse de Ignacio.
Vladimír asegura que también pudo ser Lucrecia pues ella tiene
motivos para matarlo a él, mismos que se niega a revelar a Humberto.
A
pesar del repentino caracter renuente de Pía, Julio y Alicia viven
un apasionado romance que se ve ensombrecido ante la presencia de
Minerva, la cual ha llegado para instalarse. Es Juio quien le pide
que se marche de la mansión y también de Villa Marcato pues no
desea saber más de ella. La mujer llora y jura que ha recapacitado
por lo que desea reanudar su relación, incomodando a Alicia, a la
que Julio presenta como su nueva pareja y a la que Minerva molesta
después, asegurándole que Julio no la ha olvidado y solo se ha
hecho de una nueva novia provinciana por rencor. Las escucha
Eustolia, quien asegura a Alicia que la ex de su amado tiene razón.
Alicia entonces pregunta a su madrastra porqué se empeña en que
regrese con Ignacio a sabiendas de que éste no tiene nada. Eustolia
asegura que aunque Ignacio sea un patán y holgazán pronto tendrá
mucho dinero. Alicia asegura que Julio tiene más pero también sabe
que este no lo compartirá con Eustolia, a la que acusa de quererla
utilizar solamente por lo que le pide que se aleje de su vida. La
madrastra entonces acude a Gastellum, al cual le hace saber que la
muchacha se ha enamorado realmente de Julio y no volverá con
Ignacio, al que el liccenciado reclama ser un estúpido que no sirve
para nada. Ignacio acude a la mansión Lancaster para hablar con
Alicia, a la que intenta hacer suya por la fuerza pero esta es
defendida por Julio. Ignacio entonces toma a su hija y se la lleva
con él, ocultándose en una vieja cabaña a las afueras de la
población. Con ayuda de Humberto, Julio y Alicia buscan a Pía y
finalmente dan con ella pero Ignacio se enfrenta al detective, quien
termina disparándole. Es llevado de emergencia al hospital, donde
revela a Alicia que siempre ha sido engañada y que su madre nunca la
abandonó, si no que fue engañada por su padre el cual no fue el que
ella cree, el marido de Eustolia, quien lo ha escuchado todo y al
saber a Ignacio solo lo asesina inyectándole un mortal veneno para
luego acudir a buscar a Gastellum, al que le dice que la verdad ha
salido a la luz.
Lucrecia
seduce a Eleazar para continuar con sus planes mas este le hace saber
que ella asesinó a Santiago. Ambos forcejean y ella intenta
dispararle pero el jardinero lo evita para luego huir, mientras que a
ella la persigue Humberto, quien lo ha escuchado todo. La mujer logra
esconderse dentro de la mansión Lancaster, donde encuentra el
pasadiso secreto el cual recorre llevándose una horrible impresión
al descubrir un tenebroso recinto secreto, mientras que al detective
Vladimír le entrega la carta que Santiago escribió antes de morir.
Se sabe entonces que Lucrecia es una peligrosa criminal que engatuza
hombres para luego matarlos y quizás haya hecho lo mismo con Luciano
Lancaster.
Damiana
descubre a Cordelia y Eleazar intentando robar y los detiene. Estos
deciden atacarla pero aparece Tristán para defender a su madre. Este
finalmente se presenta con Julio y le hace saber que es hijo bastardo
de Luciano y se ha mantenido oculto por temor a ser asesinado. Julio
le propone entregarle todo cuanto le pertenece pero tanto el hombre
como Damiana se niegan por seguridad de este. Julio entonces lo
instala en la mansión como el nuevo chofer y habla con Alicia sobre
los secretos que se esconden en torno a la familia. Esta acude a
desahogarse con Vladimir, quien le revela que el amor que sentía por
ella era enfermizo y ahora ha descubierto que en verdad la quiere
como hermana. Le revela haberse descubierto como homosexal. Eustolia
los ha escuchado y se burla a carcajadas del muchacho, el cual es
defendido por su amiga a la que la terrible madrastra vuelve a
hablarle mal de su madre. Esta vez Alicia le responde con una fuerte
cachetada y le pide que abandone la casa que fue de su padre.
Eustolia se encierra en el lugar y jura que no se irá.
Humberto
descubre los cadaveres de Ramsés y Cristos, así como la manera en
que estos murieron. Acude a la mansión Lancaster a tomar huellas
digitales de las palas y descubre así que Eleazar es el asesino.
Sale en su búsqueda para arrestarlo pero al llegar a la mansión se
entera que éste y Cordelia han sido despedidos. Nadie cuenta con que
Eleazar insiste en querer robar. Sabe que es el ático el lugar en el
que casi todo se guarda por lo que decide penetrar en la mansión e
indagar. Encuentra los lingotes de oro y también el ventanal por el
que Fátima cayó. Entonces se da cuenta de que la sirvienta no pudo
caer ni arrojarse por si misma. Se sorprende cuando ante él aparece
Gertrudis, quien intenta tocarlo. El se hace para atras y resbala mas
no cae al vacío porque se ha sujetado. Desde abajo es visto por
Cordelia, quien pide ayuda, alarmándose Damiana cuando sabe lo que
sucede. La mujer suplica a todos que nadie suba al ático pero Julio
y Alicia acuden para ayudar a Eleazar, al que Gertrudis da la mano
para ayudarle pero éste, horrorizado, no resiste más y cae al vacío
por lo que para cuando Julio y Alicia encuentran la puerta de entrada
a esa habitación ya es demasiado tarde. Sin embargo encuentran
objetos antiguos que pertenecieron a Gertrudis, la cual ya no está
en esa habitación pero sí en el pasadiso decreto, abrazada y
consolada por Damiana, la cual le dice que todo está bien y nadie le
hará daño. Sin embargo Gertrudis está muerta de pánico y asegura
que la quieren matar. Damiana la oculta en su habitación y pide a
Tristán que cuide bien de ella, mientras que los demás son
enterados de que Eleazar es el asesino de Ramsés y Cristos. Cordelia
no tiene más que confesar las intenciones del jardinero y asombra a
todos cuando con pánico revela que vio a una mujer arrojando a
Eleazar por el ventanal. Pía, que lo ha escuchado todo, asegura a su
madre que es la misma mujer que ella ve y que es su amiga. Alicia
siente miedo y desea abandonar la mansión pero no así Julio, el
cual está dispuesto a investigar.
David
ha llegado en busca de Minerva, la cual no desea dejar escapar la
fortuna que puede tener en sus manos y ya se ve como la dueña y
señora de la mansión Lancaster. Ante los rechazos de ésta él
conoce a Cordelia, quien lo atrapa con su sensualidad y le pide que
se la lleve lejos, donde pueda empezar una nueva vida. Pero David
sigue los pasos de Minerva y junto con ella acude a la mansión
Lancaster, penentrando en ella a pesar de que Damiana les prohíbe el
paso. Pronto se llevan un susto cuando sienten presencias y los
objetos comienzan a moverse. Descubren que hay fantasmas y se lo
hacen saber a Julio. Interrumpe Damiana, la cual asegura que es
verdad y que esos fantasmas protegen la casa de seres despreciables
como ellos. Minerva se atreve a abofetear a Damiana, misma a la que
Alicia y Julio defienden. Julio echa a su ex de la mansión y le
asegura que jamás regresará con ella pues se casará con Alicia.
David pide perdón a su amigo y decide dejar a Minerva también para
huir lejos con Cordelia.
Lucrecia
se ha escondido muy bien de Gastellum y Eustolia, quienes temen a que
todo se descubra y a ellos los linchen en el pueblo, comprobándose
que son miembros de una secta satánica. Acuden al recinto secreto,
donde se encuentran con Lucrecia, la cual les revela haber
descubierto que en la mansión Lancaster se adoraba al diablo y se
hacían sacrificios de mujeres. Lucrecia intenta salir pero Gastellum
la sujeta y decide hacer un sacrificio con ella. Está a punto de
apuñalarla con una daga pero Lucrecia es inteligente y jala a
Eustolia, quien recibe el impacto, muriéndose desangrada mientras la
ambiciosa Lucrecia escapa y es perseguida por el licenciado. La
ambiciosa Lucrecia se encierra en la que fuera la habitación que
ocupara en la mansión Lancaster y entra Gastellum para atacarla.
Ambos son sorprendidos por el fantasma de la mujer al que Gastellum
reconoce. El fantasma ataca a gastellum mientras Lucrecia grita
desgarradramente al ver al licenciado flotando por los aires y
rechocando una y otra vez contra las paredes hasta ser clavado contra
el filo de una enorme daga ingrustada en uno de los muros. Todos los
habitantes de la mansión entran y se aterran ante lo que ven
mientras Lucrecia, desesperada, suplica ayuda y es llevada de
emergencia a un hospital.
Vladimír
confiesa su amor a Humberto, quien le pide que se aleje de él pues
no comparten gustos ni ideologías. Luego el detective se mira
desnudo al espejo y se pregunta si se le notará que es también
homosexual. Recuerda el rechazo de su familia cuando se los confesó
y piensa en Vladimír, al que visita en el bar cuando está por irse.
Vladimír asegura que él recién descubrió lo que es y tras unas
copas terminan besándose para luego hacer el amor.
Humberto
y Julio encuentran el cuerpo de Eustolia en el recinto satánico,
comprobando así Alicia que nunca estuvo equivocada y que los
Lancaster fueron adoradores del diablo. Julio por su parte exige a
Damiana que le diga todo lo que sabe y la mujer con llanto revela la
verdad: Hace muchos años los Lancaster fueron adoradores pero al
crecer y quedar solo, Luciano, quien no deseaba seguir con ese pácto
con el demonio, mandó a cerrar aquel lugar sobre el que se fundó la
mansión, no sin antes bendecirlo, pero pronto el demonio hizo de las
suyas y dejó que sobre él cayera la maldición para que nunca
tuviera hijos por lo que ella, Damiana, ocultó al suyo pues mantuvo
amoríos con el hombre. Ese hijo fruto de su amor es Tristán. Pero
pronto sucedió lo inesperado: Benjamín, quien sirvió también a
los Lancaster con un disfraz pues era hermano bastardo de Luciano y
parte de la secta, comenzó a envenenar a Gertrudis, la esposa de
Luciano, la cual un día se dio por muerta y se enterró sin que en
verdad falleciera pues la mujer descubrió que a su marido lo tenían
en sus manos el chofer y el licenciado Gastellum, quien obligó a su
mujer a convertirse en la amante del hombre y dar a luz a un
Lancaster para continuar con los ritos satánicos mas esta se dio
cuenta de las intenciones de su marido y huyó para dar a luz a un
hijo que abandonó con Eustolia, la cual junto con su marido se hizo
cargo de la criatura qu enació en la mansión y por la cual aquella
mujer murió dando a luz. Al escuchar esto, Alicia se horroriza se
desahoga con Julio, al que pide que se la lleve lejos de Villa
Marcato.
Al
paso de unos días Humberto le revela a Vladimír que Alicia creció
con la familia equivocada y no saber porqué. Le entrega a la muejr
las muestras de ADN que demuestran que ella es hija del Licenciado
Gastellum, quien vivía bajo una falsa identidad pues su verdadero
nombre era Felipe Miranda, sorprendiéndose la muchacha por tener
ella justo esos apellidos. Pregunta al detective si el cuerpo de su
madre ha sido encontrado y éste le dice que no y cruza el pasadiso
secreto para averiguar allí pero no encuentra absolutamente nada,
mientras que ella se desahoga con Vladimír.
Julio
descubre a Damiana caminando en secreto hacia el ático. La sigue y
descubre que Gertrudis ha vivido oculta dentro de una habitación
secreta en el ático y ahora después de muchas décadas ha salido a
la luz, aunque demasiado enferma. La mujer conoce a Julio y Tristán,
ambos herederos de los Lancaster aunque Tristán el más cercano.
Ambos se vuelven consentidos de la mujer, quien revela a Alicia haber
conocido a su madre solo de vista, cuando cual fantasma rondó la
mansión, haciéndole compañía. La anciana revela que el fantasma
de la mansión Lancaster no es otra que la madre muerta de Alicia,
aguardando por aquellos que quisieran hacerle deaño a su hija.
Alicia sufre y se refugia en Julio, al que asegura querer ver al
fantasma de su madre y hacerle preguntas.
Minerva ha quedado sola y Tristán se ha
enamorado de ella. Damiana se opone a que su hijo se una a una mujer
abiciosa que solo querrá aprovecharse de él. Nadie sospecha que, en
realidad Tristán desea continuar con las tradiciones de los
Lancaster y jura que el recinto ya no se mantendrá oculto cuando él
herede, si no que la mansión en sí será el lugar en el que se
hagan adoraciones al diablo. Esto lo descubre Damiana, quien sufre en
silencio y calla las intenciones de su hijo, el cual comienza
haciendo un sacrificio para el demonio, al que desea entregar el
cuerpo y el alma de Minerva, a la que tiende una trampa par matarla.
Sin embargo Damiana llama al detetive Franco, el cual acude a detener
a Tristán, quien no piensa detenerse por lo que Humberto no tiene
más opción que dispararle y así salvar a Minerva, quien llora en
los brazos del sensual detective y ante Julio y Alicia, quienes
acompañados por Damiana y Gertrudis acuden al recinto. Damiana llora
la pérdida de su hijo, quien agonizando le pide perdón y ve el
fantasma de Belén, la madre de Alicia. El fantasma lo llena de
consuelo y lo conduce hacia la luz. Todos se asombran cuando Belén
se manifiesta, principalmente Alicia, a quien el fantasma acaricia.
La mujer llora y aparece Pía, la cual asegura que esa mujer, la cual
e sun fantasma, es su gran amiga y siempre la cuida. El fantasma de
Belén desaparece y Alicia con llanto asegura a Julio sentir paz al
saber ahora lo que en realidad pasó con su madre aunque lamente que
ambas hayan sido víctimas de Gastellum, su padre.
Tristán
es enterrado y, mientras su tumba es bendecida por un sacerdote, de
la mansión Lancaster se escuchan halaridos aterradores. Cristales de
vetanas y otros objetos estallan por sí mismos y Gertrudis asegura
que son los demonios que saben que ya todo se ha terminado y con ello
la maldición de los Lancaster, la cual está siendo enterrada con el
último descendiente directo de ellos. Pronto mandan a derrumbar el
recinto, el cual bendice un sacerdote y lo sellan para siempre.
Tiempo
después en un hospital psiquiátrico Lucrecia vive atormentada por
los sucesos que vivió dentro de la mansión Lancaster. Es visitada
por Humberto, quien le asegura que el fantasma que vio no fue el de
Gertrudis de Lancaster, la cual todavía está viva. Sin embargo en
la mente de la mujer aún se encuentran las imágenes diabólicas de
lo que vio y asegura que la mansión Lancaster es el hogar del
diablo.
Minerva
ha regresado a la ciudad y se encuentra con David, quien le cuenta
que su relación con Cordelia no funcionó y ella volvió a la vida
alegre. La pareja se reconcilia y se enteran de la próxima boda de
Julio y Alicia, a quienes deciden dejar ser felices.
Gertrudis
ha comprado una casa cerca del mar, misma donde planea pasar sus
últimos días. Pide a Damiana que la acompañe, no como sirvienta,
si no como una amiga fiel con la que piensa compartir lo que tiene.
Hace entrega total de la herencia de Luciano a Julio mientras que
ella se queda con los lingotes de oro y joyas que siepre le
pertenecieron a su familia, seura de que es más que suficiente para
ella y su fiel ama de llaves.
Julio
hace una visita al cementerio en que su hijo fue enterrado. Llora y
le pide perdón por el descuido que tuvo por discutir con Minerva
cuando se accidentaron y finalmente deja de sentir culpa.
Humberto
y Vladimir deciden vivir juntos y anuncian a sus amigos cercanos que
son pareja. Hacen una fiesta para celebrar y en ella Alicia feicita a
su gran amigo mientras que al detective Julio le pide que aunque la
mansión Lancaster se cierre un día para siempre, él siempre esté
atento de que nadie penetre en ella. Humberto lo promete, así como
también promete acudir a la boda de los novios.
Alicia
oficia una misa por el eterno descanso de su madre, Belén Miranda, a
la que acude demasiada gente de Villa Marcato, mismos a los que ella
y Julio invitan a celebrar su boda, la última fiesta en la mansión
Lancaster. Tras casarse en la iglesia el matrimonio celebra con los
suyos pero en la fiesta Gertrudis tiene un presentimiento y aegura a
Damiana que a pesar de todo la mansión Lancaster siempre estará
maldita por lo que no pueden venderla ni destruirla, tan solo
cerrarla. Es así que tras la boda de Julio y Alicia, todos hacen
maletas y al igual que el recinto las puertas de la mansión
Lancaster son cerradas y selladas para siempre, con la intención de
que nadie más vuelva a entrar en ella. Al marcharse todos de la
mansión, Alina voltea la mirada hacia esta y hace una señal de
adiós al fantasma de Belén, el cual despide lamentos pues se ha
quedado ahí, atrapada, completamente sola entre viejos demonios.
©
EL FANTASMA DE LA MANSIÓN LANCASTER DR. 2015
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(R)
& (P) 2015